Jamas revientes una Ampolla, Mira Porque...
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Si hay padecimientos molestos y dolorosos son las ampollas. No importa que seas hombre o mujer, todos estamos expuestas a ellas, pero la dudas surgen: ¿qué hago si me sale una ampolla? o ¿debo reventar una ampolla?
Para eso, los expertos de Mayo Clinic aclaran con el fin de evitar lesiones e infecciones en tu piel.
Los expertos aseguran que lo mejor es no reventar la ampolla. Si no duele demasiado, hay que tratar de mantenerla intacta. La piel intacta sobre la ampolla puede brindar una barrera natural contra las bacterias.
Otra de las razones por las que no se deben reventar las ampollas es por el líquido que contienen, éste ayuda a la creación de la nueva capa de piel y protege contra infecciones durante el proceso.
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¿Qué hacer si tienes una ampolla?
Protégela con una venda adhesiva o un apósito adhesivo.
Busca atención médica si la ampolla parece infectada. Si tienes diabetes o mala circulación, llama a tu médico antes de tratarte la ampolla.
En la mayoría de los casos las ampollas se curan solas. Mantén la zona bien limpia y desinfectada. Los lavados con agua tibia y jabón son suficientes. De acuerdo con un estudio publicado por The National Institute of Health, Estados Unidos, no todas las condiciones de la piel deben tratarse con medicamentos, pues algunas simplemente son superficiales y no es necesario algún fármaco a menos que se infecte.
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Se pueden cubrir la ampolla con un apósito o con vendas. Existen cintas adhesivas especiales de óxido de zinc que protegen y previenen infecciones que también se pueden utilizar.
Vigila diariamente la ampolla y aplica algún antiséptico.
A veces aplicar frío ayuda a disminuir el dolor y la inflamación, pero hay que hacerlo con cuidado, y no aplicar hielo directamente, sino cubierto con un paño.
Las ampollas tienen buena evolución y desaparecerán al cabo de entre cinco y siete días.
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Si la zona presenta aumento de temperatura y enrojecimiento.
En caso de presencia de pus en la ampolla, un líquido blanco en vez de transparente.
Si el dolor aumenta de manera alarmante y deja de ser una molestia soportable para convertirse en un dolor muy intenso.
Comienza a oler mal (es signo de infección).
Si padeces diabetes es importantísimo que avises a tu médico de la presencia de una ampolla.
Fuente: Salud180.com
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